.... que haya pasado un año desde el día en que te viniste conmigo para siempre.
Ese día no se me olvidará nunca, estaba tan nerviosa, no por mi, sino por la reacción que tuvieras en el momento en que te alejara, de la única casa y de la gente que te había cuidado en el tiempo en que estuvimos separados.
Amaneció un día precioso de sol y calor, temprano habíamos ido a preparar tu pasaporte, pero con las cosas de la burocracia, tuvimos que tardar unas dos horas en prepararlo. Cuando estuvo todo listo nos fuimos a por ti, durante el camino hacia Kopeisk, iba pensando en ti. Según me dijo Sveta hay una tradición en Rusia que dice que si pasas por debajo de un puente y por encima está pasando un tren, tienes que pedir un deseo. Dio la casualidad de que en el trayecto hay que pasar por debajo de una linea de tren y en ese momento pasábamos nosotros y el tren a la vez, así que pedí mi deseo que no fue otra cosa que tu no lo pasaras mal, que te quedaras tranquilito y no te asustaras.
Cuando llegamos a la casa cuna, hablamos con la directora y cuando subimos ya se escuchaba tu llanto y tus gritos, igual que cuando iba a visitarte, por ese motivo no pude cambiarte de ropa, le di tu ropita a las cuidadoras y ellas lo hicieron por mi, tu seguías llorando, cuando terminaron de vestirte te cogí en brazos y bajamos las escaleras y te callaste, nos subimos al coche ibas con miedo, pero te agarraste a mi como un cangrejito, yo empece a besarte y así estuvimos todo el trayecto hasta Chelyabinsk.
Desde ese momento y hasta ahora no te has separado de mi en ningún momento, estas conmigo todo el tiempo día y noche porque hasta me engatusas para poder dormir conmigo.
Claro que si, vas al cole, juegas con tus amiguitos y te vas con las tatas o el tito, pero siempre esperas que mama vaya a por ti para volver a casa.
Gracias cariño, por este año de FELICIDAD.
Te quiero.
Mama