Hoy es 31 de diciembre, Noche Vieja, mañana empieza el Nuevo Año.
Parece que el tiempo no pasa, que fue ayer cuando empece este camino de aventuras, pero no, ya hace tres años y medio que decidí comenzar a caminar.
Al comienzo del camino sabia muy bien mi meta, pero como todos, no sabemos que rumbo va ha tomar. Empezamos a andar con pasitos prudentes y lentos, ya que coges un camino y te puedes volver, al no ser el correcto.
Este camino desconocido y tortuoso de la adopción te enseña muchas cosas, creo que es una prueba de vida en la que aprendes a esperar, a ser prudente a tener más pacienciae que el Santo Job, y sobre todo te das cuenta de que tus deseos y tus prisas por llegar al final no son suficiente para alcanzar la meta, que en este camino las piedras son muchas y a veces muy grande.
Yo he tropezado con muchas, pero siempre me he levantado. Esta fuerza me la das TU, cariño, que cada día al levantarme pienso que hoy sera el día y me acuesto sin tener noticias, sin esa esperada llamada que me comunique que muy lejos de aquí hay una personita que espera mi llegada. TU haces que al otro día siga pensando lo mismo, que ese día sera el DÍA.